Tomar la decisión de someterse a una cirugía estética es un paso importante que no debe tomarse a la ligera. La elección de un equipo médico cualificado y las instalaciones adecuadas es crucial no solo para lograr los resultados deseados, sino también para evitar complicaciones que pueden poner en riesgo la salud e, incluso, la vida del paciente. Con la creciente demanda de estos procedimientos, ha aumentado también el número de casos de negligencias y desastres estéticos en todo el mundo, lo que subraya la importancia de hacer una elección informada.
La cirugía estética es un campo que, aunque puede parecer accesible debido a su popularización, requiere de una gran especialización. Un equipo profesional experimentado no solo debe estar formado por un cirujano de confianza, sino también por personal sanitario altamente cualificado, como enfermeras y TCAEs especializados. Estos profesionales juegan un papel esencial en cada fase del proceso, desde la evaluación preoperatoria hasta el seguimiento postoperatorio, asegurando que todo transcurra de manera segura.
Además, es fundamental que la intervención se realice en una clínica o centro hospitalario que cumpla con los más altos estándares de seguridad y tecnología. Las instalaciones deben estar perfectamente equipadas para responder a cualquier eventualidad, y contar con los recursos necesarios para minimizar los riesgos asociados a la cirugía. La falta de adecuación de las instalaciones o la falta de experiencia del equipo médico pueden resultar en complicaciones graves, como infecciones, errores quirúrgicos o resultados insatisfactorios.
Estadísticas de negligencias en cirugías estéticas a nivel mundial
El incremento de la demanda de procedimientos estéticos ha traído consigo un aumento de las complicaciones y las negligencias. Según datos recientes de la International Society of Aesthetic Plastic Surgery (ISAPS), a nivel global se realizan más de 12 millones de procedimientos quirúrgicos estéticos al año. Desafortunadamente, en este contexto también se registran miles de casos de negligencias y víctimas de mala praxis.
En algunos estudios, se estima que entre el 5% y el 10% de las cirugías estéticas presentan complicaciones, que pueden ir desde infecciones leves hasta fallos graves que requieren una corrección inmediata o, en casos extremos, pueden llevar a la muerte del paciente. En países con menor regulación, este porcentaje tiende a aumentar, especialmente cuando las intervenciones son realizadas por personal no cualificado o en instalaciones sin los debidos controles sanitarios.
España no está exenta de este fenómeno. Aunque cuenta con clínicas de renombre y cirujanos de prestigio, también han surgido centros que no cumplen con los requisitos de seguridad, exponiendo a los pacientes a riesgos innecesarios. Elegir clínicas que operen en la legalidad, con las certificaciones necesarias y un equipo profesional de confianza, es clave para evitar estos peligros.
Conclusión: la elección correcta puede salvar vidas
La seguridad debe ser siempre la prioridad al optar por una cirugía estética. Contar con un equipo sanitario de confianza, formado por cirujanos, enfermeras y TCAEs especializados, así como asegurarse de que las instalaciones cumplen con todos los estándares, es la mejor forma de prevenir complicaciones y asegurar resultados satisfactorios.
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